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Picos de Europa. Áliva y Macizo Central

Pastos de Áliva

Pastos de Áliva

Los pastos de Áliva desembocan en Sotres hacia el norte. En una ocasión anterior realizamos esta pista, pero esta vez nos daremos la vuelta, y continuaremos camino bordeando el bloque calcáreo del Macizo Central hacia el oeste. Llegaremos a Sotres en un par de días. Por tanto, nos despeñamos de nuevo hacia el valle de Liébana. Tal es el tamaño del desnivel, que caemos a plomo en Brañavieja. Allí nos encontramos con un francés errante en su autocaravana 4×4. Controla todas las carreterucas, pistas y caminos al sur de los Picos. Hacemos un cónclave de personas errantes alrededor de unas birras, y con sus mapas y el Juli-PS, decidimos cada uno nuestra ruta y nos deseamos buen viaje.

Vanvaneando en Picos de Europa

Vanvaneando en Picos de Europa

 

Picos de Europa

Picos de Europa

 

Amanece en el Refugio del Rey. Pastos de Aliva

Amanece en el Refugio del Rey. Pastos de Aliva

Pensábamos que desde Fuente Dé podríamos pasar directamente hacia el Puerto de Pandetrave (1.562 m), a tan solo unos kilómetros en linea recta, pero nos encontramos el camino de Ella Laraña, ya que la pista forestal está vedada al tráfico, por el lado cántabro. No nos queda «más remedio» que dar un rodeo de 80 km, pero por suerte para los «sufridos» hobbits motociclistas, el camino entre estos macizos es también un paraíso de carreteras de montaña, estrechas y plagadas curvas. Al momento de darnos la vuelta, aparece el galo en su camioneta; somos los mensajeros de las malas noticias (también tenía apuntada en su bitácora de viaje el camino entre Fuente Dé y Pandetrave).

Pero descubrimos que la bajada de las cumbres ha sido realizada por algunos montaraces con tanto énfasis, que la rueda delantera de la Perla Negra de Julio registra un «pinchazo lento». Perdidos en el fondo del valle de Fuente Dé, decidimos regresar a Potes, para encontrar un taller donde arreglar la avería. El piloto del pinchazo corría como si fuera perseguido por una partida de Orcos, y hasta algún agente de la autoridad le tuvo que dar el alto. No pasó la cosa a mayores y no tuvo que ser retenido en las mazmorras de Gondor. Ya en Ojedo, esperamos a que nos traigan una nueva cámara desde Torrelavega compadreando con el dueño del tallercico; incluso hasta alguno apalabró la venta de una Ducati…

Nos lanzamos de nuevo con avidez a las carreteras. El paso de Cantabria a Castilla y León se realiza a través del puerto de San Glorio. La subida por la parte cántabra supone el ascenso desde los 300 msnm de Potes hasta los 1,609 m de la cima. Sus 28 km de ascensión se encuentran plagada de curvas de herradura y rampas de importante desnivel. Casi al final de su recorrido nos encontramos el Mirador del Corzo, lugar ideal para que las motos descansen y los hobbits hagan un poco el tonto…

Mirador de la cabra montesa.

Mirador de la cabra montesa.

Nos desviamos de la nacional N- 621, para encaminarnos a la zona de Valdeón. Valles estrechos cortados a cuchillo, en franca bajada, rodeados de hayas y paredes calcáreas plagadas por liquenes verdosos. Solo falta que aparezcan una partida de Elfos, comandados por Legolas, y jurarías que te encuentras en la Tierra de Lindon. Las últimas plazas de una pensioncica en Caín de Valdeón nos acojerán esta noche. La aldea se encuentra escondida, arrebujada entre las columnas minerales que las rodean. A no ser que decidas hacer la Ruta del Cares, sólo puedes acceder a Caín por un carretera y no se puede salir de aquí sin regresar por el mismo camino, una auténtico Scalextric entre muros de piedra.

Cañon de Caín de Valdeón

Cañon de Caín de Valdeón

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Picos de Europa. Desde Andara hasta Áliva.

Mirador Fuente del Chivo

Mirador Fuente del Chivo

Los Picos de Europa, a caballo entre tres comunidades autónomas, componen la mayor formación caliza de la Europa atlántica. En ella se mezclan el paisaje y el paisanaje, como en pocos lugares. Utilizando un topicazo postmoderno, estas cordilleras son una copia casi exacta la Tierra Media, que muchos descubrimos leyendo a Tolkien (o viendo las películas de Peter Jackson): un paraje donde montañas níveas, colinas boscosas y pastos verdes interminables que se diseminan entre hayedos y robledales. En lugares como éstos, es fácil que se encuentre un paisanaje especial, tanto de los nativos, como de los que deseamos perdernos por aquestos lugares. En nuestro caso, aquellos que nos acercamos a admirar el poder de las montañas, «especial» no tiene por que ser sinónimo de extraordinario, sino más bien de peculiar, singular, rayano en lo»freak».

Antes de llegar a la cordillera, marchamos por la N-232 bordeando los cañones del río Ebro, en la provincia de Burgos. Cantabria nos recibe con un fresco olor a hierba mojada, cieno y purines, propio de los pastos y vaquerizas que se arremolinan alrededor del pantano del Ebro. Dichos olores y paisajes nos remarcan la frontera natural entre Castilla y Cantabria. Entramos en «La Montaña», como antes se denominaba a estos parajes entre los que se encontraba lo que hoy es Cantabria, junto con partes de Bizkaia y Asturies. Así pues, vamos a convertirnos por unos días en felices hobbits, mientras tratamos de descubrir a algún montaraz o «dunedain».

Hoy haremos campo base en una pequeña posada de Espinilla, como siempre, huyendo de las aglomeraciones innecesarias de la más cercana Reinosa. Solo los mugidos de las vacas enfrente de las ventanucas del hostal, perturbarán nuestro descanso antes de salir bien pronto por la mañana hacia el Mirador del Chivo (1,982 m), nuestra primera incursión en la zona. Desde aquí ya comenzamos a apreciar la mole calcárea del Macizo Oriental (de Andara) de los Picos de Europa. Llegamos lo más cerca posible del Pico Tres Mares (2.172 m), incluso alguno casi se precipita hacia el lado norte, empeñado en subir más allá de donde las cabras pararían… No nos queda más remedio que volver por el mismo camino, bordeando la estación de ski de Alto Campoo y el puebluco de Brañavieja. Nos hemos levantado más pronto que nunca hoy, pero tiene su porqué: antes de las 10:30 debemos de estar de vuelta, ya que la jefa del mesón nos tiene preparado el «segundo desayuno de los hobbits», en este caso muy montañés: huevos fritos, chorizo y patatas. Siempre empezamos abriendo gas; no tenemos remedio…

Mirador Fuente del Chivo. Al fondo Macizo Oriental (Andara)

Mirador Fuente del Chivo. Al fondo Macizo Oriental (Andara)

Bordeamos los Valles Altos del Nansa y Saja, para adentrarnos en Palencia y desde allí atacar el valle de Liebana, después de subir Piedras Luengas (1.354m). Cruzamos varias veces la frontera invisible entre los prados/vacas y trigo/siega, para volvernos a emboscar en Cantabria por una carretera plagada de curvas que nos conduce hasta Potes. Una vez en el fondo del valle, Pluto despliega sus conocimientos de la zona, y a través de sus contactos locales, nos lleva a Los Llanos para meternos entre pecho y espalda un cocido lebaniego*(muy propio para los inusuales 40º que hacen hoy aquí). Mientras dejamos que la naturaleza actúe y algunos motoristas se tumban en el césped a hacer la digestión, otros parlamentamos con los paisanos sobre cúal es la forma más chula de subir a Áliva, ya que hoy vamos a pernoctar allí.

*Nota: he de decir que el que escribe, no se atrevió con la berza y los garbanzos (¡Coc, coc, coc, coc…!).

Subiendo a Áliva desde Espinama

Subiendo a Áliva desde Espinama

Rodando entre Potes y Fuente Dé, comienzas a darte cuenta de la magnitud del macizo que tenemos enfrente: una masa gris azulina que te va encajonando cada vez más. Y mientras vas empequeñeciéndote dentro del casco, de pronto y sin saber cómo, nos encontramos en la pista de subida hacia los invernales de Espinama. Me doy cuenta porque aquello se empina y la moto pide un nuevo ritmo, más pausado, más vanvanero… Bajamos el recorrido de las revoluciones y las máquinas se van acomodando a las tremendos desniveles, que nos hacen disfutar del paisaje boscoso… De repente la vegetación se acaba y un mar calcáreo y verdoso se extiende todo alrededor. Si te fijas, pequeños puntos marrones se mueven lentamente en el océano de los pastos: aquí mandan los caballos que pastan sueltos en los prados. Si te concentras bien, puedes ver marchar a Frodo, Samsagaz, Pippin y Merry, camino de Rivendell.

Refugio de Áliva

Refugio de Áliva

Esta noche en el Refugio de Áliva, en medio de Picos de Europa, vamos a vivir la más espeluznante aventura jamás vivida por el tecnológico hombre moderno: vamos a estar un día incomunicados. Bueno, exactamente unas horas, desde las 17:00 hasta las 10:00 horas del día siguiente… Hasta estos lugares no llega ni la cobertura, ni la Wi-Fi, y sin embargo, cuando uno está aquí, lo olvida. Lejos de la contaminación lumínica y de la sonora (una vez se apaga el generador que suministra de electricidad al refugio), el silencio se rompe con algún relincho, y la vía láctea se une a la fiesta.

Picos de Europa

Picos de Europa

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Picos de Europa

En Monegros, el señor Plutovan me metió el gusanillo de hacer una KDD en Cantabria y subir el Refugio de Áliva, por la pista que desemboca a Sotres desde Espinama. Una coalición de astros, días de vacaciones, y amigos hizo el resto. A Ina no le hizo falta explicarle muchas cosas para que se apuntara a la ruta. Julitro como no podía ser de otra manera nos esperaría en Cabezón.

Una vez todos reunidos, nos encaminamos desde Cabezón de la Sal hasta el Desfiladero de La Hermida, pasando por 4 portillos, que nos abrieron la boca. Los paisanos del lugar nos guiaron hasta el Mirador de la Bolera de los Moros (un antiguo castillo), donde se dominaba todas las vistas de los Picos de Europa Occidental y el Desfiladero. Después de varios cientos de curvas y el recorrido por La Hermida, una parada en Potes y una visita hasta el Funicular de Fuente Dé donde se nos hizo la boca agua, pensando en la subida al Refugio de Áliva. Pero antes una sartenada en Espinama (bien guiados por nuestro sherpa Plutovan).

Sherpa Plutovan

Una vez repuestas las energías, ¡a por la subida! Una pista donde los motores de la RV rugían sin parar, y que no nos dejó indiferentes… Una vez pasados los invernales de Espinama o de Igüedrí (zona de pastos comunales de alta montaña, que se viene aprovechando desde tiempos inmemoriales), nos dirigimos a los pastos de Áliva, donde a pesar de nuestras dudas, nos esperaba un buen hotel donde cenar y pasar la noche. La pista estaba toda llena de pedrería, no precisamente fina, y en algunos momentos, al menos yo, pensaba como esta pequeña máquina, con este pequeño motor podría con nosotros…

Celebrada la llegada a nuestro destino, una buena ducha nos qutaría el calor que en otros tiempos no existía por estos lares…

La comanda de la cena fue cárnica al 90% (también se pidió una ensalada, pero una foto de los vegetales, no tendría “su aquél”…). El agua de fuego de los paisanos norteños (léase orujo) también nos hizo reponernos del esfuerzo de la subida. Si la RV podría elegir, ¿qué preferiría: 95 octanos, 98 octanos o 45º?.

Refugio de Áliva

Tras la noche en el Hotel Refugio de Áliva, pagamos (hay que contribuir al IPC, la prima de riesgo y esas cosas), y nos dirigimos a rutear por los Puertos de Aliva, junto al Chalet del Rey, las Minas, y la ermita de la Virgen de la Salud (está claro que el que está enfermo no puede llegar hasta aquí, si no le traen…). La fauna local nos daba la bienvenida (véase las vacas Tudancas), y no fueron uno, ni dos, si no tres los ciclistas que me pararon para preguntarnos por las máquinas. Lo típico: que si son de 400 cc, que vaya pedazo rueda, incluso uno de ellos me comentó que se había pasado de la VanVan a la TW (“¿cómo no lo pensaste antes?”, pensé yo).

La bajada, en primera; incluso alguno que otro apagó el motor (“parece una bici…”). Un desfiladero impresionante nos caompaño durante unos cuantos kilómetros hasta llegar a los Invernales de Sotres, ya en Asturias. Fueron varias las veces en las que el botón de FI se encendió, pero una vez en tierras menos inhóspitas, siguió como debe ser, es decir, apagadico. En Sotres un buen refrigerio, porque aunque eran las 12:00 de la mañana, el calor apretaba que daba gusto… Abandonábamos las pistas para bajar por una carretera llena de curvas hacia la costa (ver en el próximo post…).

Una buena ruta, de la que se nos ha quedado alguna cosilla por hacer, por lo que la repetición, debería estar ya marcada en nuestros calendarios.

Descansando en Invernales de Sotres

Descansando en Invernales de Sotres

Me gustaría agradecer al Señor Plutovan por guiarnos por estos lares, y a don Julitro por su agradable compañía. Y a Lola por su hospitalidad en Cabezón de la Sal. Y sobre todo, espero verlos muy pronto. Se habló de Pirineos, de Monegros, de… Espero que los astros se alineen muy rápido…

Me queda hacer un video de la ruta asfáltica por Asturias y Cantabria, así como otro de la vuelta por los Puertos Occidentales entre Cantabria y Burgos del último día. A ver en los próximos post…

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