Bardenas Reales

Bardenas Reales «Vandoleras» (2015)

¡Cómo no no nos va a gustar las Bardenas, siendo como fue, refugio de «Vandoleros»!

Durante siglos, los bosques que cubrían las Bardenas y los cabezos de complicado acceso, fueron refugio para salteadores, bandoleros y otras gentes de mal vivir, e incluso nobles caídos en desgracia por algún crimen. Uno de los más famosos es Sanchicorrota.

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Cabaña bardenera

La leyenda habla que Sancho de Rota, más conocido con el apodo de Sanchicorrota, se le le atribuía una gran bravura y astucia, tanta que, aprovechando la falta de poder durante las guerras entre Agramonteses y Beamonteses del siglo XV, llegó a considerarse así mismo como «Rey de las Bardena».

El forajido, que se había emboscado Bardenas, mandó a unos compinches construir una cueva en lo alto del cabezo que hoy lleva su nombre. Tal era la ferocidad del pieza, que los asesinó posteriormente para que nadie conociese la ubicación de su guarida.

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Al fondo Cabezos de Piskerra, entre ellos Sanchicorrota.

La leyenda cuenta que él y todos sus secuaces habían dado la vuelta a las herraduras de sus caballos para que las huellas que dejaban en su huída por las tierras de Bardenas despistaran a la justicia. Aun con todo, los caballeros del rey Juan II fueron acabando en 1452 con todos sus compinches, hasta que sólo quedó Sanchico. Al verse rodeado en su montaña se quitó la vida con un puñal. Posteriormente, la justicia de aquellos tiempos no dudó en que para dar ejemplo, se expusiera su cuerpo en Tudela en una horca para escarnio popular, tras pasearlo por Arguedas, Valtierra y otros pueblos.

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Bardenas

Vanvaneando con Pluto (2013)

Van Bardena

Quedé con la pareja de dos (Pluto y Julitro) en Liédena (Navarra), una vez que había estado en todos los lugares habidos y por haber en el Pirineo Oscense, y que se hubieran chupado toda el agua del mundo, los día previos. Lo cierto es que, a pesar de todo no se les veía demasiado cansados.

Nos esperaba la pista del desierto de Las Bardenas; esta vez la cruzamos la Bardena Blanca de norte (Carcastillo) a sur (Arguedas). Pasamos por los lugares de rigor, para inmortalizar el evento. Durante la ruta por las pistas habilitadas, iba oyendo un ruidillo en la zona del faro, pero como a todos nos vibra, no me preocupé demasiado. Teníamos previsto atravesar también la Bardena Negra (una ruta que tengo pendiente), pero el calor reinante nos hizo desechar la idea, y parar a comer en Cortes (Navarra), en el restaurante La Abuela. Al parar me di cuenta que el citado “ruidico” eran los tornillos del faro que se habían ido aflojando poco a poco y este se vino abajo. Menos mal que tanto Pluto como Juli, llevan un poco de todo, y se solucionó con un poco de cinta americana.

Manolo en las Bardenas

Bardena Blanca

Monumento al pastor bardenero

 

I Encuentro Desértico Suzuki Van Van Motoclub

Incursión el Desierto de las Bardenas Reales (2011)

Era una de las rutas pendientes que tenía: adentrarme en el desierto de las Bardenas Reales, a unos 80 km de casa… Lo cierto es que no soy un gran aficionado a circular por el monte, soy más de asfalto, pero rebuscando por la red (web) he constatado que se podía cruzar la Bardena con vehículos de motor. Me proponía atravesar parte del Parque Natural de Norte a Sur; entrar por Carcastillo – Figarol y salir a Arguedas – Valtierra.

Mapa Bardenas Reales

Mapa Bardenas Reales

Para llegar a la entrada norte del Parque Natural, he cruzado toda la zona de Cáseda, entrando desde Lumbier y después me he dirigido a Carcastillo, por unas carreteras muy guapas (cuaternarias, como dirían por ahí…). En un desvío en la carretera, empezaba la ruta «desértica». Una pista de tierra (ideal para las prestaciones de la RV 125 -no se permite circular a más de 40 km/h dentro de la Reserva-), me ha acompañado por aproximadamente 30 ó 35 km. Es conveniente respetarla, ya que en cualquier momento aparece un bache o un badén, o bien ciclistas y paseantes (incluidos rebaños de ovejas…)

Balsa en las Bardenas

La ruta está perfectamente señalizada con mojones que indican la posibilidad de circular con vehículos a motor. Viendo como es el entorno, creo que es fácil perderse por esos campos, ya que a la vuelta del siguiente risco, todo se parece bastante al paisaje anterior. Se pueden ver barrancos, torronteras, planicies (o planos), lagunas, o cabezos (como el Castildetierra). Al final he estado circulando durante más de dos horas, disfrutando de las vistas, de la conducción y además haciendo fotos…

Castildetierra

Cabañas bardeneras

A pesar del madrugón y de que he tenido que hacer varios tramos de vuelta por la Nacional 121 (donde la estupidez de los conductores se demuestra a cada km del recorrido), la verdad es que ha merecido la pena…

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